Las mujeres en la Edad Media

Marzo es el tercer mes del año aunque era el primero en el calendario romano del siglo VIII a. de C.
Se cree que Rómulo le otorgó el nombre de Martius en homenaje a Marte, el dios romano de la guerra ya que los guerreros consideraban un buen augurio que una batalla empezara en este período.
Marzo también es conocido por una fecha en concreto. Sí, nos referimos al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
La historia de este día se remonta al siglo XIX cuando comienza a surgir la necesidad de un Día Internacional de la Mujer para defender los derechos femeninos en un mundo industrializado pero fueron distintos sucesos a lo largo del siglo XX los que nos llevaron a lo que celebramos hoy en día.
Si bien es cierto que, a pesar de que no existen documentos que lo certifiquen, hay teorías que señalan sus orígenes en la ciudad de Nueva York en el año 1857, en una manifestación de mujeres costureras que defendían sus derechos como trabajadoras.
Muchos hechos acontecieron desde entonces en diferentes ciudades del mundo hasta que en el año 1975 las Naciones Unidas oficializaran este día como el Día Internacional de la Mujer.
Aprovechando esta fecha señalada hemos querido acercarnos un poco más a la vida de las mujeres medievales.
El papel que la mujer desempeñó en esta época depende mucho del período que abarquemos. Los estudiosos la dividen en tres: Temprana, Alta y Baja Edad Media.
Sus derechos variaron desde el primer hasta el último período pero parecen existir unas líneas comunes a todos ellos. Cuando hablamos de las mujeres medievales debemos ser conscientes que nos hallamos ante una sociedad masculina, patriarcal y cristiana donde los papeles se repartían en función del sexo de las personas y de su clase.
La influencia de la Iglesia
Es innegable la presencia y la influencia de la Iglesia en esta época de la historia, tanto era el poder que ostentaban que se convirtieron en el estamento que estableció el concepto y origen de la imagen de la mujer, imponiendo unas ideas basadas en su inferioridad y absoluta dependencia del hombre.
Por aquel entonces se procesaba un fervoroso culto a la Virgen María que, lejos de convertir a las mujeres en símbolo de respeto, condicionó su imagen e incluso la empeoró. La aparición de la figura de Eva, considerada el origen de la caída en desgracia de la humanidad, influenció negativamente en la perspectiva de estas, que llegaron a verse demonizadas incluso en el momento de mayor popularidad del culto a la Virgen.
No existía por tanto un punto intermedio, o diosa a perversa perdición. Aun así, existió una evolución y las mujeres alcanzaron mayor valoración por parte de la sociedad a pesar de que el concepto de mujer subordinada al hombre seguía muy presente.
La mujer en la Edad Media
El papel de las mujeres venía determinado por su situación social. La jerarquía de la sociedad se mantenía de forma estricta si bien es cierto que, en líneas comunes, la educación femenina estaba encaminada a convertirlas en mujeres religiosas, obedientes y preparadas para el desempeño de sus obligaciones de mujer. Las mujeres nobles y las de la burguesía recibían además conocimientos para atraer y entretener al marido y una educación religiosa centrada en el fortalecimiento moral, la virtud y la espiritualidad.
Tanto las mujeres de estratos sociales altos como las de los más bajos se reglaban por la misma legislación. Todas necesitaban aprobación masculina, bien fuera marido, padre o pariente, sin embargo, frente a las responsabilidades de las mujeres de estamentos más bajos que no podían supervisar ni administrar grandes posesiones existía la posibilidad de las mujeres de los estamentos más alto de quedarse al frente del negocio al morir el hombre.
Situación laboral de la mujer en la Edad Media
Ascender por encima de la posición en la que se había nacido no era lo más corriente en la sociedad medieval. Solo existía clase alta y clase baja hasta la irrupción de la clase media con el apogeo del comercio durante la Alta Edad Media.
Con este auge también evoluciona la concepción existente que consideraba un deshonor que la mujer participará del mundo laboral y es, a partir de este momento, cuando comenzaron a optar a mayores oportunidades. Si bien es cierto que se estableció y perpetuó en el tiempo la percepción de la mujer como mano de obra barata al no ser consideradas sujetos legales lo que suponía un menor salario para ellas.
Primordialmente las mujeres tenían como principal ocupación la casa y las labores propias de maridos e hijos. En el caso de las mujeres de los estratos sociales más bajos debían trabajar para subsistir (normalmente como empleadas domésticas si eran solteras y compartiendo el oficio con su esposo si estaban casadas), sin embargo, las que disfrutaban de mejor condición social podían trabajar con sus maridos y padres mientras las tareas de trabajo doméstico eran relegadas en criadas y/o sirvientas.
El trabajo de sirvienta era el más representativo de la época considerándose, a su vez, una oportunidad para aquellas familias humildes de asegurar comida, ropa, cama, ingresos, incluso educación y matrimonio a sus hijas.
El matrimonio
La mujer no elegía con quien se casaba y el matrimonio era considerado en numerosas ocasiones la única esperanza para una mujer de mejorar su situación.
La elección del cónyuge recaía en los progenitores que tomaban esta decisión puesto que los enlaces matrimoniales suponían no solamente la unión de patrimonios y apellidos, sino también el sello de alianzas políticas y militares.
Numerosas mujeres optaron por otra forma de matrimonio más religioso y espiritual: el matrimonio con Dios.
Las mujeres en el espacio público
Mientras los varones dominaban la esfera pública (política, guerra, negocios…), las mujeres quedaron relegadas al ámbito doméstico y privado (la casa, la alcoba, el mercado...).
Esta situación fue cambiando paulatinamente y descompasadamente y se manifestó de diferente manera según cercanía a la nobleza o al común de la población y la mayoría de las veces subordinada al hombre. Sin embargo, las mujeres medievales, a pesar de ser excluidas de este protagonismo, ejercieron un papel más activo del que se las brinda.

Síguenos

Contacta con nosotros

Estamos aquí para ayudarte, ¡Háblanos!

Contacta con nosotros

Estamos aquí para ayudarte, ¡Háblanos!