El Arco de Santa María y los tesoros cidianos
- 3 de febrero de 2023
Recorrer la ciudad de Burgos es revivir parte de la vida e historia de nuestro héroe legendario. Muchos de sus monumentos más característicos forman parte de la leyenda cidiana y son numerosos los objetos e historias que atesoran. Un claro ejemplo de ello es el Arco de Santa María.
El Arco de Santa María es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Burgos. Considerado uno de los puntos de entrada al casco histórico de nuestra ciudad, muchos (por no decir todos) son los visitantes que se sorprenden con este señorial acceso.
Atravesar este Monumento Histórico-Artístico (declarado como tal en el año 1943) es toparse directamente con la Catedral de Burgos. Es también, en este punto, donde llega a su fin el paseo más simbólico de la ciudad (y por donde discurre la mayor parte del gran mercado medieval que se organiza durante el Festival Burgos Cidiano): el Paseo del Espolón.
¡Sin olvidar, la lectura del pregón que se realiza sobre el mismísimo Arco al finalizar el fantástico desfile de las huestes del Cid y de la corte del reino!
Numerosos y variados han sido sus usos a lo largo del tiempo; desde cárcel hasta sede del Ayuntamiento y del Museo Arqueológico Provincial. En la actualidad, está abierto al público en calidad de Centro Cultural Histórico Artístico, con espacios museísticos y de exposiciones temporales, y alberga la sede del Museo de Farmacia de Burgos.
En el siglo XVI, se realiza su intervención más significativa cuyo resultado es el aspecto con el que nos deleitamos en la actualidad. Dicha modificación constó, principalmente, en adosar la fachada a la edificación allí ubicada (de la que hablaremos un poco más abajo), con el claro objetivo de ensalzar la entrada más importante de la ciudad.
Juan de Vallejo y Francisco de Colonia, a los que se encomendó esta modificación, concibieron la obra a modo de gran arco triunfal de piedra organizado como retablo y custodiado por una abundante presencia de torres y torreoncillos.
La obra concluyó con la instalación de las esculturas exteriores esculpidas en piedra y labradas por el escultor Ochoa de Arteaga. Estas figuras representan personajes ilustres y significativos de la ciudad de Burgos y de la historia de Castilla.
En la parte superior del arco sobresale la imagen de la Virgen Santa María, patrona de la ciudad, con el niño y, debajo de esta, la figura del ángel custodio, que guarda y protege a todos los ciudadanos.
En la parte central del mismo, empezando por el piso inferior, encontramos la representación del fundador de la ciudad, el conde Diego Porcelos, rodeado por los dos jueces de Castilla, Nuño Rasura y Laín Calvo, a su derecha e izquierda, respectivamente.
Flanqueando al Emperador Carlos V, en la parte superior, encontramos a Fernán González, primer conde independiente de Castilla y… ¡sí! ¡a nuestro héroe legendario, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador!
El Arco de Santa María y el Cid
¿Cómo no iba a estar relacionado nuestro héroe legendario con uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Burgos? ¡Y no solo en su exterior!
En su interior, concretamente en la sala Poridad, se conserva el Hueso del Cid, que no es otro que el radio del brazo izquierdo del Cid ¡con documento de autenticidad incluido!, una reproducción de su mítica espada Tizona, una réplica del Cofre del Cid y una rodela (un escudo redondo y pequeño) del Campeador, todas ellas realizadas por el famoso orfebre burgalés Maese Calvo, y, además, una edición facsimilar conmemorativa del Poema de Mío Cid del MC aniversario de la fundación de la ciudad.
Destacan, también, las pinturas que en esta sala se exhiben. En primer lugar, la denominada “Figuras de Romance”, un óleo del pintor burgalés Marceliano Santa María datado en 1934, donde se representa al Campeador y a su esposa, doña Jimena, y, alzando la mirada, una decoración pictórica con pinturas de Pedro Ruiz de Camargo en la que, entre otros personajes, está representado nuestro héroe legendario empuñando una espada en su mano derecha y sujetando, a su vez, con la mano izquierda, su capa para dejar ver su escudo.
La Puerta de Santa María
El Arco de Santa María tiene sus orígenes en la conocida Puerta de Santa María, una torre-puerta de la antigua muralla que protegía la ciudad de Burgos.
Fue construida alrededor del siglo XIV, según diferentes fuentes históricas, como puerta de acceso a la misma y, a su vez, como torre de marcado carácter militar, para la defensa del Puente de Santa María, considerado el principal puente de la ciudad. Por el otro lado, en la parte que da a la actual plaza del Rey San Fernando (otro punto a tener en cuenta durante el Festival Burgos Cidiano), se aprecia el carácter militar de la torre maciza que también la compone.
Sin embargo no sería la primera y es que, esta puerta, reemplazaría a una anterior del siglo XI, la que, según el Cantar, cruza nuestro héroe legendario después de haber rezado en la antigua catedral románica de Santa María camino al destierro.
Resulta increíble cómo, a pesar del paso del tiempo, la historia de nuestro héroe legendario sigue y seguirá cabalgando de la mano de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Burgos.